Reflexión para el día Mundial del Turismo dedicado a la biodiversidad

 En Ecoturismo, Formación, Turismo Irresponsable

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Desde 1980  se celebra cada 27 de septiembre el día del turismo para dar visibilidad a la importancia del turismo. La fecha corresponde con el final de la alta temporada turística del hemisferio norte y al comienzo  el hemisferio sur. Este año se celebrará en China y estará dedicado a la biodiversidad, es decir, a la diversidad de la vida en todas sus especies. El equilibrio ecológico es imprescindible para que el planeta funcione bien y se den las condiciones adecuadas para la vida (incluida la nuestra) . Desde el más pequeño microorganismo hasta el más grande mamífero, todos formamos parte de un sistema global interdependiente. Algunos llamaron a este sistema Gaia.

Para algunos, turismo y biodiversidad son «aliados naturales».  Esto me parece una exageración; sólo hace falta lanzar una mirada a la realidad para darse cuenta de que no es así. Salvo excepciones, el turismo tiene un efecto negativo en la biodiversidad. La sobreconstrucción, la contaminación, los residuos mal gestionados, los vuelos, la erosión, el consumo de agua, etc. todo contribuye a aumentar la presión sobre los ecosistemas.

El turismo y la biodiversidad por tanto, tienen una relación de amor-odio.

Las playas vírgenes, los paisajes intactos y las aguas cristalinas ocupan todas las portadas de los catálogos turísticos. Cuando estos elementos desaparecen, el turismo también. El desastre de la plataforma petrolera de BP ha demostrado el gran impacto que puede llegar a tener medio ambiente sobre el turismo. La visibilidad mediática de los pájaros enfangados en petróleo ha sido enorme y el turista le ha dado la espalda al golfo de México (ver foto). A las pérdidas ecológicas les han seguido las económicas.

Es una paradoja que aunque la biodiversidad sea un imán para el turismo, una vez el turismo llega ésta sufre y se degrada. El turismo masificado y las segundas viviendas pueden producir esta degradación, pero en general el turismo es un devorador de recursos que muchas veces extrae a costa de los ecosistemas.

El turismo, en teoría al menos, puede contribuir a la preservación de la biodiversidad, creando incentivos para su conservación. Lo que suele pasar, sin embargo, es que el turismo llega, destruye y luego pone en marcha algunas acciones paliativas para lavarse la cara. Sin embargo, de momento se estima que como resultado de las acciones humanas insostenibles, el turismo masivo entre ellas, más de 5.000 especies animales y 34.000 vegetales se enfrentan a su extinción.

Esperemos que la celebración de este día sirva para tomar conciencia de la necesidad de un turismo más sostenible, que respete la biodiversidad de nuestro planeta.

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Junio 2010: Costas de Alabama en el Golfo de México. Bill Starling

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  • […] Me quiero hacer eco de una campaña de Greenpeace sobre un proyecto turístico que destruiría un ecosistema único. Parece mentira cómo la idea de ” matar la gallina de los huevos de oro ” sigue presente alrededor del planeta. ¡Parece que los desarrolladores del proyecto no han leído mi post sobre turismo y biodiversidad! […]

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