Parques temáticos e indígenas.

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Sin duda es uno de los grandes temas en esto del turismo: viajar para conocer culturas. Muchas veces, el interés que los viajeros (turistas, ya que no hay diferencia entre lo uno y lo otro) se centra en ese tipo de sociedades o étnias que a ojos del occidental representarían una especie de estado evolutivo (social, tecnológico y en ocasiones incluso mental) anterior al punto en el que nuestras sociedades industriales se encuentran. Esta visión eurocéntrica, ha llevado a generar productos turísticos que se han llamado «turismo étnico» o «turismo indígena», y que cuentan en el continente americano con uno de sus grandes escenarios.
A rasgos generales, el «turismo étnico» ( etnoturismo) es aquel que engloba actividades a realizar por medio del encuentro con pueblos indígenas, mientras que el «turismo indígena» se referiría a la construcción participativa de las etnias para ofrecer servicios turísticos, consensuados mediante encuentros, acuerdos y cumbres locales, nacionales e internacionales, buscando interactuar con los visitantes de una manera crítica y responsable, solidaria con la naturaleza y con su identidad cultural (1).
Según la Sectur (Secretaría de Turismo del Estado Mexicano), el etnoturismo se refiere a aquellos viajes relacionados con los pueblos indígenas y su hábitat, con el fin de aprender de su cultura y tradiciones, en medio de los espacios naturales propios.
Una de las premisas que parece diferenciar una modalidad de otra es el control de los recursos (naturales, culturales, sociales…) y la autonomía en el diseño de las políticas turísticas (quien decide el qué, el cómo y el cuánto). En este sentido el etnoturismo estaría bajo el control del gobierno y empresas de turno, y el turismo indígena bajo las decisiones de la comunidad receptora en cuestión (evidentemente estos serían los extremos ideales de la ecuación, en la práctica otros factores se entremezclarían, se apoyarían y/o entrarían en conflicto).

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¿etnoturismo o turismo indígena?
Portada de la revista Futurismo
Un ejemplo claro de etnoturismo
Revista Futurismo (Porto Seguro, Brasil)
Etnoturismo o El Parque Temático del Indígena
Revista Futurismo (Porto Seguro, Brasil)
¿Indígenas o actores?

Algunos ejemplos de Parques Temáticos dedicados al etnoturismo:

En Chile:
Parque Metropolitano de Santiago

En México:
Parque Takilhsukut
En Colombia:
Corporación Etnias Vivas
En Venezuela:
Xamu
En Estados Unidos
Parque Nacional del Gran Cañón del Colorado
En Brasil
Manaos (Amazonas)
Manaos (Amanzona) «La París de los Trópicos»

y otro en proceso de construcción, en Argentina:
El Pueblo Perdido de la Quebrada

«En vez de promover la implantación de grandes cadenas hoteleras, habría que fomentar los microcréditos para el mejoramiento o construcción de vivienda rural; en vez de las carreteras pavimentadas y los aeropuertos, los caminos y la telefonía rurales; en vez de los supermercados, las tiendas de abasto; en vez de la carestía y la inflación de los precios, la promoción de los productos de la cocina local; en vez de la importación de materiales de construcción, la utilización de los recursos naturales de la región; en vez de los guías de turismo improvisados, el saber de los lugareños y, en fin, en vez de las concepciones comercializadas que se obstinan en ver a los indígenas y su territorio como un espectáculo único en el que se muestran los últimos rasgos del primitivismo humano, un acercamiento respetuoso e intercultural del que turistas e indígenas puedan aprender mutuamente de sus diferencias y similitudes»

«Hacia una agenda del desarrollo sustentable en Chile»

Jorge Osorio Vargas (artículo completo)
Universidad Autónoma del Estado de México.

(1) Morales González, M*. (2008) ¿Etnoturismo o turismo indígena? a Teoría y Praxis. núm. 5. Pág. 123-136
* Instituto Politécnico Nacional, Escuela Superior de Turismo de México.

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«La tierra no parecía la tierra. Nos hemos acostumbrado a verla bajo la imagen encadenada de un monstruo conquistado, pero allí…, allí podía vérsela como algo monstruoso y libre. Era algo no terrenal, y los hombres eran… No, no se podía decir que eran inhumanos. Era algo peor, saben, esa sospecha de que no fueran inhumanos. La idea surgía lentamente en uno. Aullaban, saltaban, se colgaban de las lianas, hacía muecas horribles, pero lo que de verdad producía estremecimiento era la idea de su humanidad, igual que la de uno, la idea de remoto parentesco con aquellos seres salvajes, apasionados y tumultuosos. Feo ¿no? Sí, era algo basante feo. Pero, si uno era lo suficientemente hombre, debía admitir precisamente en su interior una débil traza de respuesta a la terrible franqueza de aquel estuendo, una tibia sospecha de que aquello tenía un sentido en el que uno -uno, tan distante de la noche de los primeros tiempos- podía participar. ¿Por qué no? La mente de todo hombre es capaz de todo, porque todo está en ella, tanto el pasado como el futuro.”

Joseph Conrad
El Corazón de las Tinieblas.
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