Montar a caballo y toda la hípica se basa en esclavizar animales
No volveré a montar a caballo en mi vida. Me he dado cuenta de que no es ético, y mucho menos con riendas, bocado y silla de montar. Hay estudios que documentan problemas de salud y dolores a partir de los 20 minutos de ser cabalgado por un adulto. Pero no importa que el animal no sufra.
¿Por qué montar una tortuga laúd es visto claramente como maltrato animal y montar caballos no? En la India, se ha documentado cómo torturan a elefantes hasta domesticarlos para que se puedan subir los turistas (firma esta petición para evitarlo). Sencillamente, nos hemos acostumbrado a ver a los caballos esclavizados. Si a otros animales (cebras o leones) se les hiciera lo mismo que a los caballos, no lo veríamos ético.
Hay gente que ama a los animales, pero solo porque les son útiles. Hay gente que ama a los animales pero les gusta verlos encerrados. Eso no es amor. Es el caso de la hípica, de los zoos, de los acuarios y de los delfinarios. Más drama aún se respira en los circos con animales, en los laboratorios científicos, en las granjas y en los mataderos. Todos los animales deben ser libres. Los de especies llamadas “salvajes”, mucho más. El comercio ilegal de especies está acabando con esos animales.
El que tenga dudas del sufrimiento que producen esos negocios es que no conoce la realidad. Laurel Braitman dedicó buena parte de su vida a investigar cómo viven los animales capturados por el hombre y lo documentó en un libro apasionante. Javier Ruiz hizo algo similar en otro libro. Sobre mascotas también se ha escrito bastante. Pero hay un animal común que no es una mascota normal (tal vez por su tamaño), que participa a la fuerza en deportes olímpicos y que nuestra sociedad no se ha planteado si es o no ético su uso. Nos referimos al caballo doméstico (Equus ferus caballus).
Los que tienen caballos y los cuidan siempre dicen lo mismo: “Mis animales están bien cuidados, comen bien y están sanos”. Curiosamente, eso es justo lo mismo que decían hace siglos los que tenían esclavos. Aunque no todos los casos son iguales, podemos generalizar diciendo que los dueños de los caballos y los dueños de esclavos ven a los caballos y a los esclavos de la misma forma. Desde su punto de vista, los caballos y los esclavos son animales que pueden tener dueño y que, por tanto, están al servicio del propietario. Los caballos, como los esclavos, están obligados a hacer lo que se les pide, cuando se les pide, y no son libres de salir, de entrar o de correr cuando lo deseen.
La mayoría de los caballos pasan más tiempo encerrados en su jaula que en un lugar suficientemente grande para correr a su antojo. Pasan el día encerrados, esperando a que alguien los saque un rato y, cuando lo hacen, normalmente es para un paseo corto o para cargar con uno o varios humanos en el mejor de los casos. En otras ocasiones, se ven obligados a tirar de pesados carros y carretas durante largas jornadas. La montura y las riendas también pueden provocar heridas y, en todo caso ¿quién querría vivir con ellas a la fuerza? Los caballos son animales dóciles y el ser humano abusa de esa cualidad. Por suerte para los leones, ellos no se dejan domesticar fácilmente.
En muchas ciudades españolas, como Málaga, Sevilla o Córdoba, hay carrozas turísticas en las que se puede dar un paseo por la ciudad obligando a un caballo a tirar del carro. El caballo no lo hace libremente, sino que se le obliga a la fuerza. Ha sido obligado a ser sumiso y obediente por medio de la violencia, empleando siempre maltrato animal. Si un animal no es sumiso, se descarta y se sacrifica para emplearlo como carne.
Para que un puñado de personas puedan darse un paseo de media hora en una carroza, cientos de animales son obligados a permanecer de pie durante horas, al sol, sin apenas comer ni beber. No es raro que en verano los caballos se desmayen. Ciudades como Barcelona han eliminado esa cruel atracción turística. Nos guste o no, en la naturaleza de un caballo no está tirar de las carrozas humanas.
Mención aparte merecen los caballos de competición hípica. En este “deporte” hay bastantes modalidades: carreras de caballos, doma, adiestramiento, salto ecuestre, concurso completo, acrobacias, enduro, enganches, rodeo, polo…
Para dominar a los caballos, doblegarlos y entrenarlos se usan elementos de maltrato: alambres de púas, fustas o látigos con descarga eléctrica, espuelas, serretas (pieza metálica con púas que se coloca sobre el morro del caballo)… pero la herramienta esencial de sumisión es el bocado, una pieza metálica que se coloca en la boca del animal y que le provoca dolor cuando el jinete tira de las bridas. Es ese dolor el que obliga al caballo a obedecer, a ir hacia adelante, hacia atrás o a girar. Los caballos están asustados y obedecen por el miedo infringido durante largas sesiones de entrenamiento.
Por supuesto, cuando los animales pierden la condición física que les permite competir, o cuando los dueños se cansan y no quieren gastar más en cuidar a sus animales, éstos son enviados directamente al matadero, se abandonan o llegan a un refugio. Mantener un caballo es caro y si no es rentable no interesa. Todo esto demuestra que no hay tanto amor a los animales en la hípica como nos quieren hacer creer. En los refugios para animales pueden contaros muchas historias de cómo llegó allí cada animal.
Sistemáticamente, si a un jugador de polo le dices que casi todos los caballos de polo sufren lesiones, te dirán que sus caballos están bien cuidados. Independientemente de la calidad del cuidado, tenemos que ser conscientes de que los caballos nunca elegirán jugar al polo. ¿Tan difícil es de entender?
Lo ético es dejar de cosificar a los animales. Tenemos que entender que ellos y sus vidas no pueden estar al servicio del ser humano a cualquier precio. Los que alegan que los caballos han sido criados para eso y que sin actividades hípicas los caballos no existirían, vuelven a usar los mismos argumentos que los esclavistas del siglo XIX.
Cada vez hay más manifestaciones contra el maltrato y explotación de los animales. Algún día la hípica dejará de ser deporte olímpico: ¿Cuántos años deben pasar para dejar de maltratar animales en la calle o para las Olimpiadas?
Coches de caballos: un anacronismo plagado de sufrimiento
Málaga, Sevilla, Jerez… lugares donde los turistas maltratan a los caballos
Jornadas laborales largas y al sol
Los latigazos son comunes
Sustituirlos por coches eléctricos es el FUTUROhttps://t.co/7W7f12WBYI— BlogSOStenible ツ (@blogsostenible) August 28, 2019
Este vídeo cumple ahora un año. Ocurrió en la ciudad de #Valencia.
Este fin de semana, el @AjuntamentVLC que dirige @joanribo de @compromis volverá a colaborar con la violencia hacia los caballos.#TiroyArrastreABOLICIÓN pic.twitter.com/OzBwHv99MX
— PACMA (@PartidoPACMA) September 20, 2019
Más información que te va a sorprender:
- La realidad oculta de la hípica.
- Animalismo y ecologismo son casi lo mismo.
- ¿Es ético comer huevos? No, y además es innecesario: Tortilla de espinacas vegana.
- Albergue para Caballos CYD Santa María de Málaga: Necesitamos Ayuda.
- Los lácteos no son éticos ni sostenibles: 6 razones para no tomar leche, yogur, queso o helados no veganos.
- Razones para SER VEGETARIANO, vegano o flexitariano.
- Libro “Ecoanimal: Una estética plurisensorial, ecologista y animalista” de Marta Tafalla (Resumen).
- Montar una tortuga laúd, un nuevo caso bochornoso de maltrato animal.
- Vídeo muy duro:
¡El horror de los caballos en Sevilla!
Jornadas de hasta 13 horas a 45 grados de temperatura y sin agua.
No es un paseo, es su vida. pic.twitter.com/g58kGK5Lzb
— PACMA (@PartidoPACMA) August 21, 2019
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