Elogio de la procrastinación (o contra el vicio de comprar)

 En Consumo Responsable, Formación, Noticias

Dejar las cosas para más tarde puede tener buenos efectos para el medioambiente.Un anuncio de TV predicaba contra el vicio de dejar para mañana lo que puedas hacer hoy (procrastinar). No era un anuncio religioso, ni pretendía aumentar la ética de la sociedad. Lo que pretendía era, sencillamente, vender más sus productos de bricolaje. El objetivo de toda la publicidad es que te sientas incómodo e infeliz con tu vida, para que sea más fácil hacerte creer que ellos te resolverán el problema, por supuesto previo pago. La publicidad siempre es de cosas que no necesitamos.

¿Es malo procrastinar? Depende

¿Es tan malo procrastinar?Procrastinar es diferir o aplazar. No es malo, salvo que sea algo que deba hacerse para evitar algo realmente negativo. Los vagos procrastinan, pero no todo el que procrastina es vago, porque depende de en qué se haga. Por ejemplo, si el consumismo es nefasto para el medioambiente, procrastinar el consumo podría ser parte de la solución a la crisis ambiental, un paso hacia un capitalismo sensato. Esto nos lleva a replantearnos todos nuestros actos, porque muchos de esos actos implican consumo, de una u otra forma.

Además, en nuestra sociedad, algunos pretenden inculcar la necesidad de estar siempre haciendo o planificando algo. Para algunos, su agenda es la demostración de lo que valen, porque su agenda está siempre llena y apenas tienen tiempo para algo más, por muy importante que parezca. Joaquín Araújo llamaba “insulto social” al hecho de decir constantemente «no tengo tiempo para nada». Para Araújo, algunos lo dicen para presumir, sin avergonzarse, haciendo “impúdico exhibicionismo de su propia esclavitud“. Actos simples como pasear, leer o hacer deporte no son actos suficientemente valiosos para algunos, salvo que estén en la agenda convenientemente planificados en su hueco establecido.

Pero resulta que la mayoría de los actos simples son, precisamente, los que menos impacto ambiental tienen. Así pues, tal vez deberíamos ordenar nuestras preferencias atendiendo también a su impacto ambiental, porque si bien es cierto que casi todo lo que hacemos tiene algún impacto, ese impacto puede variar mucho y para eso los científicos han estudiado el impacto de algunas acciones individuales. Pero es evidente que muchas veces lo más ecológico es precisamente procrastinar o, mejor aún, decidir no hacer algo, ni ahora ni por ahora.

Si algo no es bueno, la solución es rechazarlo. Pero diferir algunas actuaciones reduciría el impacto ambiental. Por ejemplo: ¿Qué es más ecológico? ¿Arreglar la pared desconchada o entender que por ahora no genera ningún problema? ¿Comprar el último artilugio tecnológico o probar a vivir sin él? ¿Hacer un viaje o intentar hallar la felicidad en casa? ¿Comprar o procrastinar?

Precisamente por eso, todos los años se celebra el 25 de Noviembre el Día de no comprar nada (Buy nothing day), porque cuando procrastinamos la compra de algo, probablemente acabamos no comprándolo y aprendiendo una valiosa lección: que realmente no lo necesitamos. ¿Y si decidimos hacer un Buy nothing day justo cuando decidamos comprar algo no esencial? ¿Y si estamos atentos de no caer en ninguna compra compulsiva? ¿Y si nos burlamos de ese impúdico exhibicionismo del desprecio ambiental que es el #BlackFriday y la Navidad?

Por todo esto, procrastinar es a veces la mejor opción, pero por supuesto no siempre (jamás procrastines el plantar árboles, ni las obligaciones de tu trabajo bien hecho, por ejemplo). Procrastinar la satisfacción de deseos, por ejemplo, es una de las cosas más educativas (refuerza la voluntad, la paciencia, el autocontrol…), porque está demostrado que las personas que no buscan las gratificaciones inmediatas tienen más éxito en la vida.

Por tanto, démonos permiso a nosotros mismos para procrastinar todo lo que sea mejor que sea procrastinado. Y para ello, tenemos que PARAR para PENSAR.

El sábado hablaremos de esto y mucho más en Málaga
¿Vienes?

Te gustará también:

  1. Elogio de lo viejo (lo que menos te imaginas puede ser elogiado).
  2. Libro “Ecos… lógicos, para entender la Ecología” por Joaquín Araújo (Resumen).
  3. Libro “Vivir (bien) con Menos” de Linz, Riechmann y Sempere (Resumen).
  4. Libros “Comerse el Mundo” y “Tiempo para la Vida” de Jorge Riechmann (Resúmenes).
  5. Actitud Positiva ante la Vida y su Influencia en el Éxito y la Felicidad.
  6. Artículos sobre decrecimiento.
  7. Sobre consumo responsable:

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Contenido publicado orginalmente en: https://blogsostenible.wordpress.com/2018/11/22/elogio-de-la-procrastinacion-contra-el-vicio-de-comprar-mucho-blackfriday-navidad/

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