La evolución imparable hacia una gestión forestal sostenible
Nadie puede negar que los bosques y su gestión forestal han cambiado de forma notable a lo largo de los últimos 30 años. Informes realizados anualmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) reflejan esta realidad.
Cada vez más tierras son dedicadas a ser bosques permanentes, se perfeccionan las labores de medición, reporte y planificación, aumenta la implicación de las partes interesadas, y el marco jurídico que ampara la gestión forestal sostenible tiene vocación de tener alcance universal.
Podemos definir la Gestión Forestal Sostenible (GFS) como la organización, administración y uso de bosques y montes de forma e intensidad que permita mantener su biodiversidad, productividad, vitalidad, potencialidad y capacidad de regeneración, para atender, ahora y en el futuro, las funciones, ecológicas, económicas y sociales relevantes en el ámbito local, nacional y global, y sin producir daños a otros ecosistemas.
En pocas palabras, la gestión forestal sostenible es aquella que se realiza de acuerdo con los principios del desarrollo sostenible, manteniendo el consiguiente equilibrio entre sus 3 vertientes: medioambiental, económica y sociocultural.
El progreso hacia esta Gestión Forestal Sostenible ha sido importante a lo largo de las 3 últimas décadas, logrando que casi la totalidad de los bosques del mundo están amparados tanto por políticas como por una legislación que apoyan esa gestión a nivel nacional y regional.
Los avances en este ámbito han sido mayores en las zonas templadas, pero muy dispares en los trópicos, donde la capacidad de aplicar las políticas relativas a la gestión sostenible sigue siendo insuficiente.
Como parte del #CoñecementoParaTodos, y si nos centramos en España, es relevante los datos que podemos observar en un territorio referente como Galicia, donde se realizan anualmente más de 80.000 cortas de madera, generando cerca de 300 millones de euros por la venta de madera y más de 2.000 millones de euros de agregación de valor en la cadena de la madera.
Con datos de 2012, esta actividad supone para la economía gallega una aportación del 1,8 % a su PIB, un empleo directo de unas 15.000 personas (1,3% del empleo total y 12% del empleo industrial), y un empleo indirecto de 60.000 personas (5,3% del empleo total).
Considerando conjuntamente Galicia y Asturias, el 17% de la superficie forestal está ocupada por plantaciones de eucalipto, produciendo el 54% de la madera que se corta anualmente en ambas comunidades, por lo que la eficiencia del eucalipto en la producción de madera evita en gran medida la tala de otras especies, como el pino y el roble, mucho más abundantes en estas regiones.
De ahí que la importancia de esta gestión responsable haya llevado a que surjan certificaciones que acrediten procedimientos y buenas prácticas en la sostenibilidad de los bosques.
Estos sellos comparten la filosofía de fondo de castigar al mal gestor y premiar al bueno mediante el etiquetado. De este modo será el consumidor responsable el que elija el producto con la etiqueta de certificación.
Entre las que tenemos a nuestra disposición destacamos dos: FSC yPEFC.
El FSC (Forest Stewardship Council) es una organización independiente, no gubernamental, internacional y sin ánimo de lucro, creada en 1993 con el objetivo de promover una gestión forestal sostenible en los bosques de todo el mundo.
Previo a la acreditación se realizan evaluaciones independientes a cargo de entidades certificadoras que determinan si una gestión forestal está basada en unas buenas prácticas, si se garantiza un buen estado ambiental del monte, y si se favorece el desarrollo socioeconómico de la zona.
Por lo tanto, lo que se certifica por el FSC es la buena gestión de un monte, independientemente de lo que en él se produzca. Una vez que un monte está certificado FSC, todos los productos que de él salen podrán llevar el sello FSC.
Por su parte, PEFC (Programme for the Endorsement of Forest Certification) también es una entidad no gubernamental, independiente, sin ánimo de lucro y ámbito mundial que promueve las prácticas sostenibles en bosques y montes.
El objetivo de PEFC es asegurar que los bosques del mundo sean gestionados de forma responsable y para ello cuenta con la colaboración de propietarios y empresas del sector forestal interesadas en que la sostenibilidad del sector sea una realidad.
PEFC proporciona el marco para la aplicación de unas normas comunes acordadas internacionalmente, a todos sus sistemas de certificación nacional, y a los gestores forestales y empresas de transformación de productos forestales.
Los productos de origen forestal certificados por PEFC garantizan a los consumidores que están comprando productos de bosques gestionados sosteniblemente.
Las certificaciones FSC y PEFC son herramientas que persiguen un mismo fin con algunas diferencias. Una de ellas es que mientras el PEFC es promovido por el sector privado, el FSC es principalmente promovido por ONGs, como Greenpeace y World Wide Fund for Nature (WWF). Otras diferencias proceden de los mecanismo y ámbitos involucrados en la certificación.
Como resumen y para finalizar, nos gustaría resaltar la importancia de una adecuada gestión forestal para que millones de personas se puedan beneficiar, desde los 3 puntos de vista (medioambiental, económico y social), de lo que aporta tanto a nivel de la producción y consumo de los bienes y servicios forestales como de las consecuencias para el entorno, lo que sin duda viene a fortalecer el papel crucial que tiene la sostenibilidad en su desarrollo.
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Fuente original: https://www.ecointeligencia.com/2018/11/gestion-forestal-sostenible-gfs/