La economía circular en China: introducción (1)
Ya en la Edad Media, tecnología procedente de China, como puede ser la brújula, la pólvora, el papel y la impresión, viajó a lo largo de la Ruta de la Seda llegando hasta Europa, impactando en su economía y contribuyendo al florecimiento de la cultura, la exploración de nuevos territorios y la construcción de estados.
En los siglos XVI y XVII, el conocimiento fluyó esta vez en dirección a China en forma de ideas y técnicas de la Revolución Científica que se vivía en Europa, proporcionando un conjunto de herramientas, como la geometría euclidiana y el método científico, lo que ayudarían a los estudiosos chinos a comprender el nuevo universo físico.
Más adelante, el tren, la electricidad, el motor de combustión interna, el microprocesador y otras descubrimientos de la ciencia y la tecnología europeas también viajaron hacia el este, lo que permitió a China modernizarse y finalmente convertirse en el gigante industrial que es ahora.
Hoy en día, China y las economías maduras de Europa sienten la presión de algunas tendencias comunes: el rápido crecimiento de la población, el aumento del consumo, la aumento de espacios degradados, la disminución de las reservas de algunos recursos, los altos volúmenes de basura, y las ciertas externalidades ambientales y sociales.
En toda Europa y China, distintas personas de ámbitos diversos, como la empresa, el gobierno o el mundo académico, han llegado a una conclusión similar: una economía que se basa en la extracción continua de recursos finitos y en la degradación de los sistemas naturales, por propia definición, no puede perdurar en el tiempo.
Entonces, ¿es hora de una nueva era de intercambio de ideas que apoye la transición a una economía circular? La respuesta es obvia, SI
Los primeros pasos de China en la economía circular se remontan a la década de los 90 del pasado siglo, donde académicos chinos propusieron un modelo circular como un nuevo paradigma que ayudara a China a hacer un mejor uso de los recursos y la energía.
Desde entonces, esta apuesta circular se ha convertido en una parte integral de la estrategia económica nacional y se ha desarrollado a lo largo de los últimos 3 planes quinquenales.
La adopción de la Ley de Promoción de la Economía Circular en 2008 hizo que el gigante chino fuera uno de los pioneros en este tipo de legislación alrededor de la economía circular.
Los primeros esfuerzos para implementar la economía circular giraron en torno a la transformación de los parques industriales, proponiendo la creación de relaciones simbióticas en las que los residuos o desperdicios de un proceso se utilizan como insumo para otro. Es lo que se conocía como ecología industrial.
En la actualidad, la estrategia de economía circular de China tiene 4 componentes principales:
- Producción circular: integrar, reutilizar y reciclar en procesos de producción completos
- Sistemas circulares para la industria, la agricultura y los servicios: seguir el principio de optimizar los procesos industriales, apoyando en gran medida la producción circular.
- Crecimiento de la industria del reciclaje: reciclar y reutilizar flujos de residuos urbanos, centrándose en la reacondicionamiento y las energías renovables.
- Consumo verde y el fomento de los valores circulares: guiar a los ciudadanos hacia un consumo responsable y ecointeligente, saludable y seguro.
En un próximo artículo comenzaremos a ver casos de estudio e iniciativas en China que nos muestran cómo se están poniendo en marcha cada una de estas 4 áreas prioritarias.
También reflejan la nueva realidad económica en China: la transformación de ser la fábrica del mundo a ser el mayor mercado de consumo del Planeta
Este artículo es una traducción libre y adaptada del original realizado por publicado por Vigil Yu, de la Fundación Ellen MacArthur, y titulado Circular economy in China: six examples.
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Fuente original: https://www.ecointeligencia.com/2018/11/economia-circular-china-1/
