La caza y la ética: #LaVerdadDeLaCaza #NoAlaCaza
¿Puede ser contrario a la ética algo que se ha hecho por tradición desde tiempo inmemorial? Por supuesto que sí. Primero porque el ser humano tiene algunas tradiciones muy salvajes (la ablación o la tauromaquia son buenos ejemplos) y segundo porque el contexto cambia constantemente. Nadie duda de que la caza era una actividad ética para los primeros humanos que sobrevivían en pequeños grupos de cazadores-recolectores (aunque para ellos la carne no fue más que un alimento secundario, como constata Harari en su libro Sapiens).
La ética de la caza depende del contexto en el que se haga: cuando no se necesita cazar para obtener una alimentación completa y saludable, la caza carece de justificación ética porque genera graves problemas que vamos a estudiar a continuación. Solo tiene sentido la caza como sustento, pero hoy, en los países ricos se caza por gusto y sin pensar en la ética. Por supuesto, hay muchas formas de cazar: hay cazadores que cazan con mucha moderación y se comen todo lo cazado, y hay cazadores que solo buscan trofeos o matar todo lo posible. Pero no queremos atacar a los cazadores, pues la mayoría han sido educados en un entorno en el que cazar se ha visto como algo normal, divertido y hasta beneficioso por dos motivos.
¿Qué argumentan los cazadores para justificar su caza?
Algunos de cazadores buscan argumentos para justificarse y no aceptan razones en su contra, pues eso les obligaría a abandonar una actividad que le agrada. Los cazadores reconocen el sufrimiento animal, reconocen que cazan por gusto y reconocen que “otros cazadores” provocan daños inaceptables a la fauna, pero cuesta más trabajo reconocer el propio impacto.
Los argumentos que alegan los cazadores son básicamente los dos siguientes, pero son realmente muy discutibles:
1. ¿La caza ayuda a la conservación?
Los cazadores no son ecologistas que hacen un sacrificio para la conservación de la naturaleza. Los cazadores cazan por gusto, no porque amen la conservación. Al menos en Europa, el objetivo de la caza no es la conservación, sino el placer. Hay cientos de especies que se han extinguido por culpa de la caza: ¿Conservó la caza la numerosa población de paloma migratoria americana? ¿Conservó la caza el bucardo de los Pirineos? También se extinguieron por la caza el lobo de Tasmania, el rinoceronte negro… Por tanto, alegar la conservación para defender la caza genera más risa que respeto.
En ciertas circunstancias hay superpoblación de algunas especies, lo cual genera problemas (desnutrición, enfermedades…). En esos casos, la caza puede contribuir a mejorar la salud de esos animales y el estado del ecosistema, pero los que alegan esto olvidan conscientemente que esa inestabilidad se ha producido siempre por culpa del hombre: o bien se trata de animales introducidos (especies invasoras), o bien el hombre ha aniquilado los predadores naturales (lobos, rapaces…), o bien, en muchos casos, son los propios cazadores los que provocan la superpoblación de especies cinegéticas (alimentándolas artificialmente, construyendo bebederos…). A veces, se da la paradoja de que los mismos cazadores que defienden la caza por superpoblación, también defienden la caza del lobo, cuando precisamente el lobo ayudaría a combatir esa superpoblación.
La auténtica conservación debe tender a conservar todas las especies propias de cada ecosistema y no solo las que tengan interés económico para unos pocos. La caza ha contribuido al retroceso exagerado de muchas especies que antes eran comunes (la tórtola, la perdiz, la avefría europea…). Y el problema es tan grave que en muchos casos los cazadores se ven obligados a pagar para que se (mal)críen los animales en granjas y luego se suelten en el campo el día de caza. En otros cotos, el monte es vallado convirtiendo el monte en una granja en la que pegar tiros cuando apetezca (por no mencionar los problemas que generan esas vallas en muchos animales salvajes). Estos hechos demuestran que el objetivo es divertirse pegando tiros, sin importar ni la naturaleza, ni el bienestar animal, ni la contaminación por plomo y munición.
Téngase en cuenta que muchas especies están siendo conservadas y su caza está prohibida (el oso o el lince en España son buenos ejemplos). Los animales no son simples recursos al servicio del todopoderoso ser humano.
2. ¿La caza genera empleo y riqueza?
Este segundo argumento es cierto. Por supuesto que genera empleo, pero también lo destruye o lo desplaza, porque en las zonas donde se caza, se están desplazando a los turistas y a los senderistas hacia otras zonas más tranquilas. Muchas zonas han descubierto que el turismo ecológico es muy rentable, pues la gente adora ir a las zonas bien conservadas (para observar lobos o ciervos, por ejemplo). La observación y la fotografía son actividades que pueden generar riqueza sin matar.
Cuando Reino Unido prohibió la caza del zorro con perros, también hubo quién predijo desastres sociales por la pérdida de empleos, pero no ocurrió nada negativo.
El colmo es esa minoría de gente acomodada que se permite el lujo de viajar a lugares lejanos para matar animales exóticos con su fusil con mirilla telescópica (por cazar un leopardo se tienen que pagar más de 25.000€). No viajan con el objetivo de ayudar a esos países, aunque luego presumen de “ayudar” a los pobres, mientras cuelgan en su casa el cadáver-trofeo de un animal que vivía libremente. Si realmente desearan ayudar, seguro que encontrarían formas mucho más eficaces. Por supuesto, mucho más grave es la caza furtiva.
¿Cuáles son los problemas que genera la caza?
En resumen, el objetivo de la caza es matar a animales indefensos que están en su propio ecosistema, en su casa, y sin posibilidad de defenderse. La caza es solo un negocio que genera graves y numerosos problemas, por lo que es necesario exigir un control mucho más exhaustivo. De forma muy resumida, los problemas de la caza son:
- La caza no ayuda a la conservación y es la causa de la superpoblación de especies cinegéticas: La caza provoca una disminución de hasta el 83% en las poblaciones de mamíferos tropicales y aves, y no sirve para controlar las superpoblaciones.
- La caza contamina: Europa califica de riesgo para la salud la cantidad de plomo que disparan los cazadores. También existe contaminación genética cuando se sueltan animales que se cruzan con las poblaciones locales.
- La caza reduce la biodiversidad: La caza solo tiene interés en ciertas especies. Por eso, para los cazadores no importa que las demás especies se vean perjudicadas. Así por ejemplo, en demasiadas ocasiones se han introducido especies exóticas y se disparan (por accidente o no) a especies que pasaban por allí.
- La caza genera riesgos para la vida y molestias: Aparte de los accidentes de caza, los vecinos y senderistas tienen que soportar el ruido, el riesgo y las molestias que generan los cazadores, pues incluso se cortan caminos públicos.
- La caza frena el desarrollo rural sostenible: El turismo rural y ecológico huye de los pueblos en los que hay caza. Así, una minoría de cazadores está frenando la sostenibilidad de muchas zonas rurales.
- La caza produce sufrimiento animal: Nadie puede dudar que los animales cazados sufren mucho en su huida, hasta que mueren desangrados. Muchas veces mueren tan lejos del cazador que ni siquiera son encontrados. Por otra parte, está demostrado que muchos cazadores disparan también a especies no cinegéticas y a madres embarazadas… ¿para practicar su puntería o para curtirse en insensibilidad? Además, los perros de caza, especialmente los galgos, suelen sufrir graves consecuencias, tales como accidentes de caza, estar encerrados todo el año o incluso ser abandonados o sacrificados cuando no son aptos para la caza o cuando termina la temporada.
- La caza es una actividad violenta: No podemos enseñar valores de respeto a la naturaleza y a las demás personas, fomentando este tipo de actividades. Si se aceptara como ética la “caza por placer”, sería muy complicado poner el límite de lo que es o no aceptable. ¿Por qué la mayoría de los cazadores son hombres?
- La caza mata sin aprovechar todo lo que mata: Es demasiado frecuente que los cazadores no se coman todo lo que cazan, pues a veces es sencillamente imposible aprovechar tanta carne, o bien, solo buscan el trofeo y la foto (los lobos no se comen). ¿Cuántos zorzales como máximo debería matar un cazador?
- La caza promociona el consumo de carne: El consumo de carne está destrozando el planeta. Lo dicen los científicos y los ecologistas. Es difícil encontrar un cazador que solo coma carne de caza, y mucho más difícil es encontrar un cazador (o un taurino) vegano, aunque sí se dan casos de gente que se hace vegetariana gracias a los taurinos.
Concluyendo
Cada vez más gente rechaza la caza tanto como la decoración con cabezas o cráneos de animales masacrados en su hábitat natural. El mundo de la caza se siente amenazado, con razón. Ante su desesperación elaboran reglas para que sus fotos queden bien en las redes sociales (que no se vea la sangre, que no salgan menores, que no se vean los lobos muertos…) y piden que no se publiquen vídeos o fotos en los que se vea la barbarie que implica la caza. En definitiva, quieren que no se vea lo que la caza es de verdad. Están tan asustados que no temen votar a partidos extremistas que les prometen defender su actividad todo lo posible, aunque sea poco.
La conclusión es evidente: la caza no es necesaria, los animales no son trofeos y amar la naturaleza no es matarla. Los animales sienten y sufren. Salvo que tengas necesidad de salvar tu vida o la de tu familia, la caza no tiene justificación ética. La caza puede ser divertida pero difícilmente será ética. El problema es que los cazadores no leerán esto… y menos aún reflexionarán seriamente sobre todo lo dicho.
Más información:
- La caza tiene impactos muy graves: #LaVerdadDeLaCaza.
- Siete verdades del impacto de la caza en España.
- La caza, por Nofler.
- ¿Por qué está mal la caza?
- En casos muy concretos, WWF apoya la caza y reconoce que ayuda a la conservación.
- Los trastornos de la caza del zorzal: un caso en Andalucía.
- Libro “Ética Práctica” de Peter Singer (Resumen).
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Contenido publicado orginalmente en: https://blogsostenible.wordpress.com/2019/02/01/caza-y-etica-laverdaddelacaza-noalacaza/