Evidencias científicas del cambio climático
El calentamiento en el sistema climático es inequívoco. La atmósfera y el océano se han calentado, los volúmenes de nieve y hielo han disminuido, el nivel del mar se ha elevado y las concentraciones de gases de efecto invernadero han aumentado.
Los últimos datos publicados por el IPCC en su quinto informe revelan que la temperatura media global presenta unos niveles de calentamiento de alrededor de 0,85°C, para el período 1880-2012.
No obstante, según el último informe publicado por la Organización Meteorológica Mundial, en la actualidad la temperatura media global se ha elevado en 1,1°C. Por su parte, las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a nivel mundial han continuado ascendiendo, a un ritmo mayor en la última década que en las tres anteriores.
Se ha detectado con una probabilidad superior al 95% que la influencia humana en el clima ha sido la causa dominante de más de la mitad del aumento observado en la temperatura en el periodo 1951-2010 lo que ha provocado el calentamiento de los océanos, la fusión de hielo y nieve, la elevación del nivel del mar y cambios en algunos extremos climáticos en la segunda mitad del siglo XX.
Estos hechos han llevado a la comunidad internacional a dar la voz de alarma sobre las consecuencias que tendría que la temperatura media del planeta supere el límite de 1,5-2°C por encima de los valores de la era preindustrial.
De acuerdo con el IPCC, este es el umbral estimado a partir del cual las consecuencias del cambio climático podrían ser más graves
Las emisiones antropogénicas de CO2 acumuladas desde el comienzo de la revolución industrial deberían limitarse a aproximadamente 1000 PgC (petagramo de carbono = 1.000 millones de toneladas) si se quiere restringir el calentamiento a 2°C respecto a la época preindustrial.
Aproximadamente la mitad (entre 470 y 640 PgC) ya se había emitido en 2011. Aunque debemos ser conscientes de que, aunque consigamos cumplir los objetivos de reducción de las emisiones de CO2, muchos aspectos del cambio climático persistirán durante siglos.
Más del 20% del CO2 ya emitido permanecerá más de 1.000 años una vez las emisiones hayan cesado lo cual nos aboca a ver el cambio climático como una realidad y por tanto no solo un hecho con el que tenemos que convivir, sino un hecho sobre el que tenemos que planificar el desarrollo.
Por ejemplo, en España se ha constatado un aumento de las temperaturas durante el siglo XX que ha sido especialmente rápido a partir de 1973, estimándose que la temperatura media española ha aumentado en más de 0,5°C desde principios del siglo XX.
Los escenarios desarrollados por la Agencia Española de Meteorología (AEMET), para España muestran una tendencia de incremento de las temperaturas máximas y mínimas con aumento del número de días cálidos y noches cálidas, así como de la duración de las olas de calor.
Además, disminuiría el número de días de heladas y el número de días de lluvia. También se espera que aumentará ligeramente la duración de los períodos secos y el número de días con precipitaciones intensas.
Sectorialmente, las emisiones ligadas a la energía suponen alrededor del 76% de las emisiones de GEI mundiales, lo que las erige como la mayor fuente emisora de GEI y, dentro de estas las emisiones energéticas, son especialmente relevantes las debidas al uso de combustibles fósiles.
Respecto a estos últimos, el IPCC también constata que los principales responsables del incremento de las emisiones ligadas a los combustibles fósiles son el crecimiento de la población y el crecimiento económico.
Por tanto, sin esfuerzos adicionales a los impulsados hasta el momento, es previsible que las emisiones de GEI sigan aumentando conforme lo hagan los niveles de población y la economía mundial, lo que redundaría en un escenario tendencial de aumento medio de la temperatura del Planeta de entre 3,7 y 4,8°C para finales de siglo, respecto a los niveles preindustriales.
Bajo este escenario, la evolución necesaria para las siguientes décadas debería estar centrada en la desvinculación del crecimiento económico y demográfico de la emisión de los GEI.
El camino para alcanzar un horizonte hipocarbónico tiene que trazarse sobre la base del conocimiento científico, el marco político, el desarrollo tecnológico y un cambio en aspectos cotidianos de la vida de la población.
Esta es la única forma de conseguir una reducción de entre el 40 y el 70% de las emisiones de GEI para 2050, respecto a los niveles de 2010, y prácticamente del 100% hacia finales del siglo XXI si tal como nos dice el IPCC queremos mantenernos en el escenario de aumento de la temperatura en 1,5-2°C.
Si te interesa lo que acabas de leer, puedes acceder al informa completo titulado Afrontar el Cambio Climático: Retos y Oportunidades (Edición Revisada 2017) y cuyo autor es José Luis de la Cruz Leiva, también disponible en nuestro fondo documental ecointeligente.
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Fuente original: https://www.ecointeligencia.com/2017/11/evidencias-cientificas-cambio-climatico/