Cambiar la dieta es la mejor receta para reducir la huella de carbono (2/2)
Como vimos en nuestra anterior entrega sobre cómo la dieta puede reducir nuestra huella de carbono, es necesario que adoptemos una alimentación que ayude a reducir de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en todas las fases de la cadena alimentaria.
Vamos a continuar con estos consejos ecointeligentes:
Aprovechar las sobras y los restos de comida
En el mundo se desaprovechan 1.300 millones de toneladas anuales de alimentos. Comida que va marcando la huella de carbono a lo largo de todo su ciclo, desde la producción, transformación, transporte y distribución, hasta su paso por los hogares.
Todo un derroche, que hasta en la gestión para su retirada y tratamiento se sigue produciendo emisiones de gases de efecto invernadero
Incluir alimentos crudos en la dieta
Conviene no olvidar esas recetas de alimentos crudos que resultan beneficiosas para la salud, suelen ser sencillas de preparar y como no tienen tiempo de cocción, disminuye su huella de carbono.
Ensaladas, fruta fresca, frutos secos, o frutos desecados son alimentos clásicos y tradicionales que no pueden faltar en una cocina comprometida con el clima.
Elegir electrodomésticos ecoeficientes
Los electrodomésticos suponen más del 45% del consumo eléctrico del hogar. A lo largo de su vida útil, el gasto en electricidad puede ser varias veces superior al precio de adquisición, por ello es importante disponer del frigorífico, horno, lavadora, lavavajillas … más ecoeficiente.
El frigorífico es uno de los electrodomésticos que más consumo eléctrico supone en una vivienda, entre el 18% y el 30%. Aunque su potencia no sea muy grande, su uso continuo (incluso en vacaciones) lo convierte en un gran consumidor de energía. Al comprar uno nuevo, la etiqueta energética informa sobre su eficiencia.
Mantener los electrodomésticos en buenas condiciones
Especialmente el frigorífico. En este electrodoméstico, la principal causa de la pérdida de frío y de aumento del consumo se debe a un aislamiento ineficiente. Incluso cuando se dispone de un aparato con el mejor etiquetado energético, seguir unas sencillas reglas de mantenimiento es la mejor garantía para que el frigorífico consuma lo menos posible por hacer su trabajo.
¿Qué podemos hacer?
- Asegurarse de que la puerta cierra correctamente
- Descongelar los alimentos dentro del frigorífico
- Mantener el frigorífico lleno, aunque sea de agua
- Evitar que se forme hielo o escarcha
- Abrirlo lo menos posible
- Separarlo de la pared
- Comprar un equipo de tamaño acorde a nuestras necesidades
- Dejar enfriar los alimentos antes de introducirlos en el frigorífico
- Regular el termostato: 5ºC para el refrigerador y -18ºC para el congelador
Controlar el grifo del agua caliente y fría
El agua caliente supone una media del 26% del consumo energético de los hogares. Cualquier mejora y cambio de costumbres puede ayudar a disminuir el consumo de energía.
Si ahorramos agua, tanto caliente como fría, también ahorramos indirectamente en la factura energética de la potabilización y la depuración
¿Qué podemos hacer?
- Cerrar el grifo mientras no hacemos uso del agua
- Hervir solo el agua necesaria y en la cantidad ajustada
- Lavar frutas y verduras vigilando la apertura y la cantidad de agua utilizada
- Instalar perlizadores y otros dispositivos ahorradores de agua
Ahorrar energía en los fogones
Las cocinas de gas son en general más rápidas y eficientes que las eléctricas. Las eléctricas suelen ser de tipo vitrocerámica o de inducción, siendo la tecnología de esta última más rápida y eficiente que el resto de las eléctricas.
¿Qué podemos hacer?
- Antes de comprar, comprobar los consumos en las etiquetas energéticas de los diferentes modelos y marcas
- Apagar la vitrocerámica unos minutos antes, el calor residual terminará de cocinar los alimentos
- En las cocinas de llama, procurar que esta no supere el fondo de los recipientes
- En las cocinas eléctricas utilizar baterías de cocina con fondo grueso y difusor para mantener la temperatura homogénea
Usar el lavavajillas con eficiencia
Sorprendentemente el lavavajillas puede consumir menos agua y energía que lavando a mano, salvo que se haga a la antigua usanza, con agua fría en un recipiente y con el grifo cerrado.
Pero para que este electrodoméstico sea lo más eficiente posible hay que seguir unas normas básicas, como que esté lleno y no aclarar antes la vajilla y si es necesario utilizar el agua fría.
¿Qué podemos hacer?
- Antes de comprar, comprobar el consumo en la etiqueta energética
- Utilizar los programas de lavado económicos y de baja temperatura
- Poner a funcionar cuando esté completamente lleno
- Elegir el tamaño de adecuado a nuestras necesidades
- Limpiar con frecuencia el filtro
- Retirar en seco los restos de alimento de la vajilla
- Evitar aclarar la vajilla antes de meterla al lavaplatos, y si es necesario utilizar el agua fría
Decidir dónde y cómo comprar
Para disminuir la huella de carbono es importante decidir qué tipo de alimentos comprar, pero no lo es menos resolver dónde y cómo hacerlo.
Comprar en lugares cercanos, permite ir andando
Si se opta por ir a puntos de venta que hacen necesario el uso del vehículo, conviene planificar mejor la compra para amortizar las emisiones del viaje.
Planificar y hacer la lista de la compra
Pensar y planificar de antemano los menús, calcular los ingredientes necesarios, comprobar si se dispone de ellos y poner en una lista lo necesario, nos facilitará la compra.
De esta manera evitaremos olvidos y compras innecesarias e impedirá que se echen a perder, sobre todo, productos pereceros susceptibles de terminar en la basura.
Cocinar menos veces y hacer más cantidad
Calentar una sartén, una cazuela, o el horno requiere de energía que supone un coste. Por ello, es recomendable cocinar menos veces, pero más raciones de las necesarias en ese momento.
Se pueden volver a calentar en el microondas, o congelar y utilizar en otro momento.
Separar y llevar los envases a reciclar
Cada día se tiran millones de envases de un solo uso. Recipientes que, en el proceso de fabricación, transporte, distribución y al final (en el mejor de los casos) reciclar, requieren de un gran consumo energético con grandes emisiones de CO2.
Siempre que sea posible es recomendable comprar a granel y en cualquier caso, evitar el sobreenvasado
Puedes ampliar esta información y consultar recetas en el libro realizado por Ecodes y disponible, tanto en nuestro fondo documental ecointeligente, como en este enlace: Recetas de cocina comprometida por el clima.
¿Te animas a poner estas sugerencias en práctica? ¡Nuestro medio ambiente te lo agradecerá!
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Fuente original: https://www.ecointeligencia.com/2017/08/dieta-huella-carbono-2/