¿Avanzamos hacia un mundo cada día más circular?
Podemos decir con respecto a la implantación del tan necesario paradigma de la economía circular que, actualmente, nuestro mundo se puede considerar únicamente un 9% circular, subrayando que, lejos de avanzar, estamos retrocediendo en este porcentaje.
Por lo tanto, la brecha hacia la consecución de un modelo circular no se está cerrando sino que se está agrandando.
Desde el primer estudio que conocimos con el nombre de Circularity Gap Report, hemos podido constatar una tendencia al alza tanto en la extracción de recursos naturales como en la emisión de gases de efecto invernadero (GEI).
Es tan clara esta situación que los indicadores clave que indican la existencia de problemas en el abandono del modelo lineal son identificables sin mucha dificultad en la economía global.
De ahí que podamos afirmar que el actual motor de nuestra economía está atascado y funciona a la inversa, lo que nos lleva a dirigirnos en la dirección equivocada.
Aspirar a limitar el aumento de temperatura de nuestro Planeta a un máximo de 1,5° C es intentar vivir en un mundo circular. El objetivo principal del Acuerdo de París es precisamente ese, limitar el calentamiento global a 1.5 ° C por encima de los valores preindustriales, y esto solo puede ser alcanzado implantando de manera decidida una economía circular.
Una agenda circular sumada a una estrategia baja en carbono se complementa dando lugar a un camino en el que las acciones de ambas se apoyan mutuamente, provocando un ajuste correcto con el precio adecuado.
Emplear modelos de negocio circulares y aprovecharnos de la eficiencia en el uso de los recursos son medios atractivos que nos llevan a avanzar en cuestiones como la eficiencia energética y la implantación de energías de fuentes renovables, lo que supone unas menores emisiones contaminantes así como frenar la dilapidación de recursos naturales.
El camino a un futuro bajo en carbono es circular
Y es que el desafío es real. Aprovechar mejor lo que ya tenemos es una gran oportunidad para establecer de una vez por todas una colaboración real y sostenible a nivel global, o lo que es lo mismo, apostar por el cambio sistémico necesario para adoptar un estilo de vida sostenible.
Usar de una manera ecointeligente los numerosos recursos a nuestro alcance, evitando prácticas insostenibles, como pueden ser los artículos de un solo uso, es clave para lograr tanto los objetivos del Acuerdo Climático de París como los tan necesarios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Sabías que los bienes de equipo en los que se basa nuestra sociedad consumen la mitad de todos los metales que extraemos? Este equipamiento es muy diverso. Hablamos de automóviles, equipos médicos, infraestructura energética …
Como habrás podido observar en otros artículos sobre economía circular en ecointeligencia, los avances en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) junto al diseño sostenible están dando lugar a nuevos negocios con un gran potencial de transformación y que se alejan del adictivo modelo lineal basado en fabricar – usar – tirar.
Y no perdamos la ilusión por mejorar, pues sabemos lo que tenemos que hacer. El horizonte a largo plazo de la economía circular tiene implicaciones más allá de la huellas de nuestra actividad. El cambio hacia nuevas métricas para decidir ofrece un nuevo escenario para prosperar de mano de una tecnología responsable con el Planeta.
Todo esto nos lleva a que no podamos aplazar las acciones que nos lleven a la transición desde una economía basada en el consumo de productos a otra compatible con las 3 vertientes de la sostenibilidad: la económica, la social y la medioambiental.
Nos gustaría terminar concretando de manera breve un plan de acción:
4 pasos decididos para reducir la brecha hacia un mundo circular
- Traducir las tendencias globales a nivel nacional y regional, con una clara componente de negocio
Esto permitirá tanto a estados, regiones y ciudades, como industrias y negocios formular estrategias prácticas alineadas con sus contextos específicos, sus incentivos, sus mercados y sus obligaciones.
- Desarrollar métricas orientadas a la decisión y un sistema de medición
Esto fomentará el establecimiento de objetivos, su evaluación y su revisión, lo que posibilitará comparativas de rendimiento y ayudará al seguimiento del progreso en escenarios tan ambiciosos y a largo plazo como pueden ser los derivados del Acuerdo de París y los ODS.
- Facilitar el aprendizaje de igual a igual y transferencia de conocimiento
Esto acelerará sin duda la difusión internacional de políticas efectivas y buenas prácticas relacionadas con la economía circular, fomentando un espíritu colaborativo entre las partes involucradas, lo que ayuda a una más rápida y mejor comprensión.
- Construir una coalición global, diversa e inclusiva para pasar a la acción
Debe reunir a representantes de empresas, gobiernos, ONGs e instituciones académicas para impulsar colectivamente la capacidad y calidad para atender mejor y de una manera más sostenible las necesidades de la sociedad.
Si te ha resultado interesante este tema puedes profundizar accediendo al The Circularity Gap Report 2019, disponible como es habitual en nuestro fondo documental ecointeligente.
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Fuente original: https://www.ecointeligencia.com/2019/01/mundo-circular/